PUEBLOS HINCHADOS DE ESCOMBROS
Ciudad reposada en el hormigón de sus flores archivadas en sus vidrieras de diálogo con sus fachadas pintadas en la clausura de sus colores, y de sus calles, la humillación de un paisaje; la armonía desfigurada en nichos con vida en colmenas desprovistas de todos sus detalles, retrasadas mediocridad de robín, en vez de sangre, y en el perfil de estiércol, el retrato del hombre. El gris que viste sus calzadas descubiertas, sus residuos deslizados en el baile del cielo abreviendo a sus gentes en un sin fin de almas desiertas y los ángeles, pintan cruelmente esta ciudad de negro. Como un quejido en un escenario de desguace cuyas siluetas se recortan a la luz de la luna; cuerpos que se rozan sin poder mirarse ojos sin cara, gravitando en el céfiro de cartonajes; voces sin rostro, en la discusión de la ausencia candelas diseminadas de entre los bosques densos, como si el horizonte nocturno notase la presencia de la inexistente de suelo, de cuevas apretadas donde la lumbre de las casitas de la hierba esos hogares, de campesinos rurales, se confunden con el brillo de las estrellas y a ellas, se las imagina tocando las aldabas de sus portales. |
Labels: 2006), Publicada en el nº 34 de la revista Vulture (Mayo
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