ESTRÍAS DE CHINARROS
Disipaba, sobre los apéndices cíclicos. Sonámbulos hijos de la piedra, agua de manantial de los obituarios cicatrices, que hieren al recuerdo de la guerra; vértigos en el bosque de cartón a la curiosidad de la puerta que se abre, ranura de una llave en el corazón, secretos placenteros del hambre ¡ni tan siquiera!, eclosiona sobre tus cabellos de cascadas subterráneo rostro, de yerma tierra sacrificio de mis manos en la columna de tu espalda heridas, que siguen abiertas aunque suaves, se acarician en el olvido de la nada. |
Labels: 2006), Publicada en el nº 34 de la revista Vulture (Mayo
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